La Iglesia, en el Concilio de Florencia (1493), promulgó de forma oficila la doctrina del Purgatorio, pero fue en Trento donde la Iglesia reconoció la existencia del mismo (3-XII-1563) y se dispone que para ayudar a las almas que allí están sufriendo es neceario la oración, la limosna, ofrecer sacrificios y misas. Con la finalidad de ayudar a las almas a salir del Purgatorio surgieron las Cuadrillas de Ánimas, que ofrecían este servicio mediante coplas de cuatro versos de ocho sílabas (octosílabos) con rima asonante o consonante en el segundo y cuarto, quedando libres el primero y el tercero.

Antiguamente en Blanca se iba al campo con burras o burros, que iban provistos de sus "aguaeras" y jaulas para depositar las limosnas materiales que donaban; se tardaba dos días ya que se hacía, como se puede entender, a pie. Al regresar el hermano mayor les esperaba para obsequiarles con una fuente de col y pimentón, unos garbanzos torraos y el porrón de vino.

Los días de fiesta se daban limas y limones dulces en la puerta de la iglesia, a la salida de misa mayor, y se subastaban los animales (pollos, conejos, palomas...) que se habían traído del campo, un hermano lo llevaba sujeto con sus brazos cantando la postura que ofrecían, si otro ciudadano la superaba cantaba la última; al no haber otra superior llevaba el animal a la casa del máximo postor y cobraba lo ofrecido.

Hoy día, además de recorrer el pueblo con las cuadrillas en las fechas de Navidad, también se mantiene en Blanca el que todos los domingos y festivos, un hermano provisto de la capaza y campanilla está a la salida de las misas para recoger donativos y luego recorre el pueblo para lo mismo.

Texto de Ángel Ríos Martínez, Cronista Oficial de Blanca.