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La Cruz de Caravaca

La Vera Cruz de Caravaca

Vera Cruz La Vera Cruz de Caravaca es un Lignum Crucis, es decir, un leño de la cruz donde murió Jesucristo. Está dentro de un relicario de doble brazo y actualmente es el emblema de la ciudad de Caravaca y uno de los símbolos cristianos más conocidos en el mundo.

Desde el sigo XIII, la tradición piadosa de la aparición milagrosa de la Vera Cruz se difunde a través de los limosneros: en 1231 gobernaba en Caravaca el sayid almohade Ceyt-Abuceyt. Se cuenta que entre sus prisioneros se encontraba Ginés Pérez Chirinos, un sacerdote cristiano. La curiosidad del reyezuelo musulmán acerca del sentido de la eucaristía, le llevó a preparar todo lo necesario para que el sacerdote la celebrara en su presencia. Al poco de comenzar, Ginés se percató que no había ningún crucifijo en el altar. En ese momento, aparecieron dos ángeles que portaban una cruz de doble brazo. Tras este hecho milagroso, el sayid se convirtió al cristianismo.

Esta tradición ha marcado la trayectoria histórica de la ciudad, custodiada durante siglos por las órdenes militares del Temple y Santiago.

La Vera Cruz, sus milagros y los testimonios de los peregrinos adquirieron fama en Europa y América. Jesuitas, franciscanos y carmelitas la utilizaron como emblema de la evangelización: desde California a Tierra de Fuego, desde el Caribe hasta las misiones guaraníes de Brasil. La encontramos también en lugares tan lejanos como Filipinas, Polonia, Italia o Hungría.

Cruces Relicario
Cruces Relicario
Templo de San Miguel
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Pousada Missoes
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