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LIBRILLA

Librilla se encuentra en el Valle del Guadalentín, a tan sólo 23 km. de la capital de la región

 Barranco de Gebas

CONÓCENOS

Librilla se encuentra en el Valle del Guadalentín, a tan sólo 23 km. de la capital de la región. El nombre de este municipio se lo dio el geógrafo árabe Al-Hidrissi, en el siglo XII, denominándolo Lymbraya, que significa "Barranco de los Espectros", en alusión a una profunda rambla que ya entonces atravesaba la villa dividiéndola en dos partes.

HISTORIA

En el año 1243 el rey moro Ibn Hud le entrega la ciudad a Alfonso X. Posteriormente, en tiempos de Alfonso XI, D. Juan Manuel, adelantado del rey de Castilla en el Reino de Murcia, hereda este lugar dentro de los señoríos que pertenecían a su padre.

La importancia de la Villa se deduce de la fortificación y reparaciones de su castillo y murallas que experimentó durante muchos años. El escalonamiento de las fortalezas hacia el Valle del Segura, Lorca, Aledo, Alhama, aconsejaba custodiar todos los caminos que iban y venían a la frontera granadinoalmeriense, por lo que los Fajardo decidieron mantener y reforzar la acogedora Villa frente a Carrascoy, cuya carretera cruzaba estratégicamente el Valle hacia el camino de Cartagena.

PATRIMONIO

El turista que llegue a Librilla puede comenzar su visita en la Iglesia de San Bartolomé, del siglo XVII, que guarda hermosas tallas de Sánchez Lozano. Otros edificios de interés son la casa del Marqués de Camachos, del siglo XVII, con rejería artística en su fachada y la de las Caballerizas, en el camino viejo de acceso a la villa.

En los cabezos que limitan las ramblas próximas, se han localizado restos de asentamientos argáricos y árabes, así como balsas y aljibes que suministraban su caudal para el ganado trashumante que durante varios siglos transitó por aquellos parajes.

FIESTAS

La fiesta más importante de la Villa es la que se celebra en el mes de agosto, del 20 al 24 en honor a San Bartolomé Apóstol. Durante las mismas se celebran numerosos actos, destacando "las pitanzas" en las que se lanzan miles de panes desde los balcones del ayuntamiento, que se viene realizando desde la Edad Media, cuando en la fortaleza se entregaba pan a las personas del exterior del recinto, por carecer del mismo. Este evento se complementa con un pasacalles "de la recogida de la harina", donde el Alcalde y otras autoridades recorren el pueblo con una banda de música recogiendo, casa por casa, una bolsa de harina o su equivalente en metálico.

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